martes, 15 de diciembre de 2009

Pleonexia

Algunas grandes eminencias de la actualidad dicen que la pleonexia fue la peor enfermedad del siglo XX; tan terrible, que sus secuelas se mantienen hasta el día de hoy y porque, además, la propagación de esta pandemia abarcará pronto todo el mundo. Tan terrible enfermedad, que incluso los médicos y sicólogos la padecen y, por lo mismo, la ocultan.

Los síntomas son conocidos. Al principio, la persona tiene la sensación de que somos muchos y todo escasea, sobretodo cuando es bombardeado a cada momento con el aviso de "crisis". La paranoia y la desconfianza en el otro comienza a aflorar.

Más tarde, al ver la situación, el organismo entra en alerta y comienza la fase de competencia. Se acentúa la individualidad. "Si el otro tiene esto; yo también debo tenerlo; si todos tienen aquello, yo no puedo quedar atrás"; "tengo 20 años, tengo que estudiar una buena carrera universitaria; tengo 30, tengo que formar una familia y comprar una gran casa con un buen auto; tengo 40, tengo que ser reconocido y respetado". El factor envidia, asociado al concepto "tengo", causa estragos en el individuo frente a la sociedad que representa.

El paso siguiente es una confusión entre cantidad y calidad; una dramática obsesión por los números, confundiendo incluso "valor" con "precio". Es en esta situación donde la mayoría de los seres humanos colapsan; se entregan en cuerpo y alma por un monto determinado de dinero, a veces sin saber el porqué lo hacen. El individuo se disocia, se objetiviza, vive una vida ajena; a la larga, ni las más exorbitantes cifras de dinero pueden saciarle. El estrés desencadenado, agobia la integridad física hasta el punto de romper ese natural equilibrio orgánico llamado "salud". La pleonexia comienza a roer la conciencia, y es la última oportunidad que tiene el individuo para revertir voluntariamente su situación. Finalmente, para la gran mayoría, llega la muerte.

No obstante, la verdadera "última etapa" (irreversible por lo cierto) está formada por aquellos que encontraron "el truco" para sobreponerse a la etapa anterior; provocando que el individuo se autoproclame "centro del universo" y viendo como sus habilidades corporales son sobrepasadas por sus apetitos. En este punto, éste se apodera precisamente de otros seres humanos, usándolos como una "masa" para beneficio propio; engañándolos para hacerlos competir entre sí y robarles, en medio de la confusión, lo que éstos han producido. Forman "corporaciones", forman grupos de "élites", se ocultan y vigilan a la masa jugando a ser dioses. Finalmente, a partir de este mismo punto, la enfermedad repite el ciclo.

"Pleonexia" es una palabra que viene del griego πλεονεξία (pleonexia), que significa "codicia" o "avaricia". El vocablo πλεονεξία está compuesta de: πλέον (pleon) grado comparativo neutro del adjetivo πολύς (polis, mucho), εξ (ex) del verbo ἒχω (ejo, tengo), y el sufijo ια (-ía, utilizado en griego para formar sustantivos o adjetivos femeninos).

Pleonexia, es el apetito insaciable de poseer bienes materiales, y está ligado a la vanidad, el egoísmo, y la sobrevaloración de la autoimagen personal, lo que lleva al individuo a sentirse el centro del mundo y, por consiguiente, a pensar que tiene mayores méritos que los demás para acapararlo todo.

Se sabe que Platón llegó a considerar a la pleonexia como una verdadera "enfermedad moral" (hoy en día se entendería como "trastorno sicológico").

En el diálogo Gorgias, Platón elabora su idea de aretée (el hombre beltístos, el mejor) a partir de una confrontación con Calicles (un sofista) quien defiende la idea de el poder entendido como pleonexía, cuyo ejercicio permite llevar los propios intereses, ambiciones y vicios a su máxima expresión, propiciando un gozo desenfrenado e insaciable de dicho poder.

Para Calicles, es justo que el más poderoso tenga más que el menos poderoso. El hombre excelente es el más fuerte. En cambio, la isonomía (igual posición) que fundó la democracia ateniense, es la ley que usan los más débiles para ocultar su propia incapacidad y miserabilidad.

Pero a Calicles se le contrargumenta que este "poder" genera indefectiblemente violencia. Por una parte, se hace necesaria la imposición por la fuerza para obtener determinados deseos y, por otra, es la violencia el único medio para obtener más y más poder. Y para evitar esto, hay que restaurar en el pensamiento y en la acción política, la justicia presente en la isonomía.

En hombres que sólo ansían tener más y más (pleonexía), no puede erigirse una comunidad, “porque un hombre injusto no podría ser amigo de otro hombre, ya que es incapaz de vivir en comunidad. Pero donde no hay comunidad, tampoco podría haber amistad. Pues dicen los sabios que el cielo, la tierra, los dioses y los hombres se mantienen por comunidad, amistad, orden (kosmos), moderación y justicia, y que todo este conjunto se llama por ello orden bello (kosmos kalousin), compañero, no desorden, ni tampoco desenfreno ... se te ha olvidado que la igualdad geométrica (isotés geometrikée) tiene mucho poder entre dioses y hombres. Mas tú opinas que se debe ejercer el tener más (pleonexían), porque eres negligente con la geometría” (Gorgias, 507e-508a).

En La República, el hombre justo es aquél que posee la proporción interior: aquél cuya alma constituye una unidad armónica donde prima la inteligencia (nous); donde el ánimo, el temple (thymós) apoya y obedece a dicho nous; y donde la vida instintiva (epithymía) adquiere sentido en relación con las dos anteriores. El hombre justo es el varón musical (mousikós aneér) que tiene “acordadas” las cuerdas interiores del alma en una perfecta armonía y que, a partir de esta situación, comienza a actuar. Alcanzar esta armonía implica la salud del alma, pues responde a su naturaleza (he ahí la excelencia); por el contrario, subvertir ese orden interior implica la enfermedad del alma, el reinado de la injusticia. Entonces, el hombre desenfrenado propuesto por Calicles (aquél que se guía por sus placeres e instintos), será un tirano que posee un alma enferma con un orden interior subvertido, pues en él rige lo instintivo por sobre la inteligencia; además posee un alma desarmónica, desproporcionada e injusta (y por tanto actúa injustamente).

Este hombre justo necesita un contexto determinado para su formación: la polis. Sólo una buena educación conforma un alma sana, y, a su vez, sólo a partir de almas sanas es posible construir una ciudad sana. Así pues, en el Gorgias, se plantea que el Estado debe ocuparse prioritariamente de las leyes educativas; toda ley educa y por tanto debe responder a lo justo, si una ley es injusta educa en la injusticia. Un estado que no es educador, no es [estado].

Para Aristóteles, en la Ética a Nicómaco (1131a-b), la justicia distributiva busca regular el reparto de los bienes exteriores según la igualdad geométrica (o proporcional). Esta clase de justicia es un término medio entre dos formas de desigualdad, entre dar-recibir en mayor-menor cantidad que la proporción correcta. Aristóteles explica que “necesariamente lo justo será un término medio e igual en relación con algo y con algunos. Como término medio, lo será de unos extremos (es decir, de lo más y lo menos); como igual, respecto de los términos; y como justo, en relación con ciertas personas”. La igualdad que se busca es "proporcional" cuando es relativa a lo que se considera relevante para la distribución (tomando en cuenta con qué se distribuye y entre quiénes se distribuye determinado bien).

En definitiva, para los griegos la pleonexía era la forma de injusticia social más despreciable, y actualmente cualquier persona creería que esa enseñanza perdura hasta los albores del sXXI. No obstante, resulta paradójico que, en las metrópolis de la cultura occidental, la pleonexia se haya convertido en el motor de esa "máquina" llamada capitalismo: El “afán de lucro” para muchos constituye una virtud porque [supuestamente] estimula el anhelo de progreso personal y la disposición al trabajo duro. Incluso, el economista Friedrich Von Hayek en su obra La Higiene de la Democracia, denosta a la solidaridad como "un valor propio de civilizaciones primitivas y de grupos sociales reducidos, pero anacrónico y extremadamente perjudicial si se aplica a la sociedad moderna (en donde los lazos parecen ser únicamente instrumentales);" la actual solidaridad no es otra cosa que una reminiscencia emocional de los sentimientos de los primitivos cazadores o recolectores, en la cual todos debían trabajar para servir las necesidades concretas de sus prójimos visibles; la solidaridad y la pertenencia [a un grupo] serían, según Hayek, valores que la democracia técnica (el rostro político de la sociedad de mercado) debe eliminar, pues se consideran "impurezas" del sistema.

¿Quiénes están enfermos?
¿Quiénes están sanos?

jueves, 29 de octubre de 2009

Russel Ackoff

El Pro­fe­sor Rus­sell Ack­off ha sido descrito como un hom­bre del renacimiento, arqui­tecto, plan­i­fi­cador de ciu­dades, filó­sofo, cien­tí­fico del com­por­tamiento, pio­nero en el campo de la operación orga­ni­za­cional, pre-eminente autori­dad en el campo de la teoría de sis­temas orga­ni­za­cionales, autor exi­toso. Recono­cido inter­na­cional­mente como un académico prag­mático, Russ, como fue cono­cido por todos, dedicó la mayor parte de su vida pro­fe­sional a la “dis­olu­cion” de prob­le­mas sociales com­ple­jos y orga­ni­za­cionales con la part­tic­i­pación de todos los stake­hold­ers en el dis­eño de las soluciones.
Nació en Philadel­phia, hijo de Jack y Fan­nie (Weitz) Ack­off, cul­minó sus estu­dios de pre­grado en Arqui­tec­tura en la Uni­ver­si­dad de Penn­syl­va­nia en 1941. De 1942 a 1946 sirvió en el ejército de USA, esta­cionado en Fil­ip­inas. Luego de regre­sar de la guerra el obtuvo su doc­tor­ado en Filosofía de las Cien­cias en la Uni­ver­si­dad de Penn.

De 1947 a 1951 el Dr Ack­off fue pro­fe­sor asis­tente en filosofía y matemáti­cas en Wayne State Uni­ver­sity. Fue aqui la primera vez que intentó for­mar un Insti­tuto ded­i­cado a la apli­cación de las creen­cias filosó­fi­cas sobre la nat­u­raleza humana en el dis­eño y mejora de las insti­tu­ciones sociales. En 1951 Ack­off y un grupo de cole­gas fue invi­tado a unirse al Case Insti­tute Tech­nol­ogy School of Engi­neer­ing, donde fueron instru­men­tales en el establec­imiento de uno de los primeros depar­ta­men­tos en el mundo de la Inves­ti­gación de Opera­ciones, un logro que aún iden­ti­fica Ack­offf como “Padre de la Inves­ti­gación de Operaciones”.

En 1964 el reciente pro­grama de pos­grado en nego­cios en Whar­ton School reclutó a Ack­off y sus cole­gas. En 1980, el depar­ta­mento de Cien­cias de Sis­temas Sociales fue estable­cido en Whar­ton. Este inno­vador pro­grama com­bin­aba teoría y prácit­ica de dis­eño orga­ni­za­cional, inten­tando escapar de los lim­ites mono dis­ci­pli­nar­ios tradi­cionales, y cul­tivó estu­di­antes moti­va­dos por el pen­samiento inde­pen­di­ente y la acción.
En 1986 el Dr. Ack­off se retiró de Whar­ton School, se con­vir­tió en Anheuser Bhuch Pro­fe­sor emérito de Cien­cias Admin­is­tra­ti­vas, y fundó INTERACT, una firma con­sul­tora y think tank.
En Setiem­bre del 2000 fue hom­e­na­jeado en Penn con el establec­imiento del Ack­off Cen­ter for Avance­ment of Sys­tems Approaches (ACASA) en la escuela de Inge­niería y Cien­cias Apli­cadas, como resul­tado del agradec­imiento y con­tribu­ción de Ray Stata (Pres­i­dente de direc­to­rio, Ana­log Devices), la Fun­dación Anheuser-Busch, y la Fun­dación Gen­eral Motors. En 2002 se estable­ció la beca en inves­ti­ga­cion para estu­di­antes de doc­tor­ado “Rus­sel Ack­off” en Whar­ton School.
En 2003, a la edad de 84 años, volvió a Penn como afil­i­ado dis­tin­guido en el pro­grama de Dinámica Orga­ni­za­cional en la Escuela de Artes y Cien­cias para enseñar un curso para pos­grado de “Pen­samiento de Sis­temas Apli­cado al Man­age­ment” y aseso­rar a los estudintes de posgrado.
En 2005, cofundó Adopt a Neigh­bor­hood for Devel­op­ment, Inc. una orga­ni­zación ded­i­cada a fomen­tar y facil­i­tar pro­gra­mas de auto desar­rollo en comu­nidades des­fa­vore­ci­das, y con­tinuó dando clases en uni­ver­si­dades de todo el mundo.
En 2007 se estable­ció en Rusia el Pro­grama Ack­off , Tomks Uni­ver­sity, en Tomks . En 2008 se creó el Rus­sell Ack­off Sys­tems Think­ing Library and Archive en el pro­grama de Dinámica Orga­ni­za­cional en la Escuela de Artes y Cien­cias; la bib­lioteca cuenta con más de 300 pub­li­ca­ciones cien­tí­fi­cas y casi 3 doce­nas de libros, sus man­u­scritos pri­va­dos y bib­lioteca per­sonal con­sta de más de 3000 libros sobre sis­temas, dis­eño, filosofía, y cien­cias sociales, así como su spremios, medal­las, reconocimien­tos, y sus 6 doc­tor­a­dos hon­orí­fi­cos en Cien­cias y Letras. Sus libros, los cuales incluyen: Intro­duc­ción a la Inves­ti­gación de Opera­ciones, El Arte de Resolver Prob­le­mas, Cre­ando la Cor­po­ración del Futuro, Admin­is­tración en pequeñas dosis, son lei­dos alrede­dor del mundo y han sido tra­duci­dos a más de 15 idiomas.

En 2008 se establece el Pro­grama Ack­off en New Bul­gar­ian Uni­ver­sity, Sofía, Bul­garia , y en el 2009 se creó el Ackof CEn­ter for Design Think­ing, en el Insi­tu­tuto Da Vinci, Sudáfrica.

Durante sus años de enseñanza, via­jando y dando con­fer­en­cias adquirió una gran leal­tad de estu­di­ates, cole­gas y clientes. Resistiendo siem­pre el nom­bre de “gurú” , muy pop­u­lar­izado por la prensa en el ámbito de los nego­cios, él dijo una vez: “Yo no soy un gurú … los gurús alien­tan a quienes hacen las cosas como él hace. Yo soy un edu­cador … yo aliento a los demás a salir y adap­tar estas ideas, para que hagan lo que fuera sea la solu­ción más efec­tiva para ellos” el Dr Ack­off con­tinuó enseñando en el pro­grama de Edu­cación para ejec­u­tivos de Whar­ton incluso en setiem­bre del 2009.

Rus­sell Ack­off fal­l­e­ció el 29 de octubre del 2009 después de com­pli­ca­ciones con una operación de reem­plazo de cadera.


Traducido desde Ack­off Cen­ter Weblog